Una de esas bellas historias dignas de mención es la de un laboratorio cosmético artesanal nacido en Italia de una gran pasión y del sueño de dejar el mundo un poco más limpio de cómo lo encontramos, la historia de La Saponaria. Fundada hace más de 15 años por Lucia Genangeli y Luigi Panaroni, es hoy una marca líder en Italia de cosmética certificada biológica.
Luigi era un niño cuando empezó su colección de jabones y ya entonces llenaba la casa de aromas embriagadores. Sus estudios en química y su encuentro con Lucia, una brillante comunicadora y ecologista, dieron lugar a los primeros experimentos, que comenzaron en el desván de casa, con la supervisión y los consejos de la abuela Gina. Tradición e innovación se fusionan, saberes antiguos se mezclan con el deseo de descubrir y experimentar nuevas soluciones e ingredientes ecológicos y sostenibles: así nació el primer laboratorio cosmético de La Saponaria, que a lo largo de los años se amplió y creció hasta convertirse en un referente de la cosmética biológica hecha en Italia.
Su alma artesanal nunca se ha perdido, y aún hoy todas las recetas se desarrollan en el laboratorio. Aquí, se parte de una búsqueda continua de ingredientes y fórmulas de bajo impacto ambiental, que sean buenas para la piel de las personas y beneficiosas también para el mundo en el que vivimos, hecho de naturaleza y personas y comunidades. Por eso, en La Saponaria les gusta contar que sus productos son cosméticos 100% conscientes, porque tienen una historia que contar, hecha de maravillosos ingredientes, proyectos sostenibles y personas que sueñan juntas con un mañana mejor.
La Saponaria llega a España, a Málaga, en Calle Sebastián Souvirón, 8 – Planta baja local B
La idea de abrir una tienda en Málaga surgió del encuentro de Luigi y Lucia con Elena Mirandola quien, con la ayuda de su marido Andrea Bertocchi, decidió embarcarse en esta aventura con el objetivo de difundir cosas buenas, elecciones éticas y solidarias, ideales para todos aquellos que, a partir de los hábitos cotidianos, quieren hacer una elección sostenible y consciente. Aquí se pueden encontrar todos los cosméticos biológicos, veganos, éticos y 100% conscientes de La Saponaria.
Elena, italiana de Verona, se trasladó hace un tiempo a España y se enamoró de la ciudad de Málaga. Así que decidió unir su pasión por la cosmética biológica con el cuidado del entorno que nos rodea, la atención a las personas y el sueño de dejarles a sus dos hijas un mundo más limpio. De aquí surge la idea de abrir La Saponaria Málaga, para crear un punto de encuentro, de socialización, de nuevas historias sostenibles.
Situada en el corazón de Málaga, la tienda de La Saponaria es un oasis para los amantes de la cosmética vegana y biológica. Nuestro equipo experto está siempre dispuesto a recibir a todos con consejos personalizados e información detallada sobre cómo integrar la cosmética vegana en su rutina diaria.
¿Por qué La Saponaria es sostenible?
Un aspecto fundamental reside en la elección de los ingredientes. Según nos indican “no nos gustan los cultivos intensivos ni las grandes extensiones de tierra, preferimos pequeños proyectos con un alto grado de amor y pasión”.
Han establecido colaboraciones y creado proyectos de sostenibilidad agrícola en el territorio con pequeños artesanos y empresas agrícolas que, como ellos, se preocupan por nuestro mundo y proporcionan las valiosas materias primas que hacen que sys recetas sean tan especiales. Siguen el principio de la “mancha de aceite” es decir que se expande poco a poco: prefieren ingredientes locales, cultivados con agricultura biológica y sostenible, y cuando algo no está disponible en sus zonas, buscan ingredientes de comercio justo, vinculados a proyectos que protejan pequeñas comunidades locales en el sur del mundo.
“¿Es esto difícil? Sí, claro: sería mucho más fácil conformarse con la caléndula comprada al por mayor al mejor precio, pero nuestra caléndula se cultiva en Parma por dos jóvenes que tienen una finca biológica y biodinámica, y estamos orgullosos de apoyar su trabajo y pensamos que nuestros productos son aún mejores precisamente porque contienen ingredientes tan valiosos”, nos indican.
Añaden igualmente: “Nuestra cadena de suministro es, por tanto, ética y sostenible, y nos esforzamos diariamente para que nuestras recetas y fórmulas tengan un impacto cero en el medio ambiente. Contamos con un departamento de investigación y desarrollo dentro de nuestro laboratorio: esto nos permite tener fórmulas innovadoras y veganas. Pero no nos basta con tener fórmulas certificadas biológicas, éticas e innovadoras: lo que queremos es ser sostenibles a 360°. Por eso, llevamos años trabajando en nuestros envases y ahora hemos eliminado el plástico virgen del 92% de nuestros productos, optando por otros materiales como papel reciclado, aluminio reciclado, vidrio, plástico reciclado – re-bottle – o plástico oceánico, recogido del mar, reciclado y vuelto a poner en uso. Además, nuestro laboratorio se alimenta al 100% con fuentes de energía renovable y está diseñado para ser eficiente en el uso de energía”.
Quieren ser sostenibles también en términos de precio: “pensamos que una revolución, para ser tal, necesita involucrar a muchas personas, por eso nuestros precios son accesibles. Queremos garantizar la máxima calidad a un precio justo, porque los productos de calidad deben estar al alcance de todos y cuidar del medio ambiente no debe ser una opción de nicho”.
¿Cuáles son los productos más apreciados y por qué?
Los productos más apreciados y copiados son sus “Activos Puros“, una línea de sérums faciales anti-envejecimiento y no solo, para aplicar en la piel antes o junto con la crema facial. Sus fórmulas simples y funcionales, y las texturas ligeras e impalpables los hacen adecuados para todo tipo de pieles, y son muchas las personas que les escriben contándoles cómo notan la diferencia en su piel solo después de unos días de uso. Ácido Hialurónico para rellenar e hidratar la piel en profundidad, Colágeno Vegetal para tonificar y levantar, o Vitamina C para iluminar y aclarar las manchas, son solo algunos de los nombres más conocidos de la línea.
Otros muy apreciados son sus cosméticos sólidos, en los que su laboratorio está especializado. Es una elaboración artesanal y todos sus jabones aún se cortan a mano. “Los sólidos ofrecen la ventaja de no necesitar envases para ser contenidos, pudiendo usar una simple cajita de papel reciclado: por eso, con el tiempo, también hemos formulado champús y acondicionadores sólidos que no tienen nada que envidiar a sus equivalentes líquidos en términos de comodidad de uso o de rendimiento, ¡y también cremas corporales sólidas!”
¿Cuál es la diferencia entre la cosmética biológica y la tradicional?
Si hace un tiempo algunos cosméticos tradicionales podían tener alguna ventaja, ahora podemos afirmar con certeza que la investigación en el campo de la cosmética biológica ha avanzado enormemente en muy poco tiempo y no solo no tienen nada que envidiar a los otros, sino que a menudo los superan en términos de rendimiento.
“Cuando evaluamos la eficacia y el rendimiento de un ingrediente, solemos usar como referencia los ingredientes tradicionales. Aplicando los mismos tipos de pruebas, se evalúan los resultados. Y a menudo, las alternativas naturales pueden superar a las tradicionales con menos contraindicaciones para la piel y el medio ambiente. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, con el Fitoretinol: es una provitamina A equivalente que consigue imitar los beneficios del retinol sin sus desventajas. El retinol es un ingrediente de origen sintético muy utilizado en la cosmética tradicional porque es un excelente anti-envejecimiento, pero tiene la desventaja de ser irritante para la piel y fotosensibilizante. El Fitoretinol ha demostrado ser un excelente sustituto: no solo iguala la eficacia anti-envejecimiento del retinol, sino que su origen natural lo hace muy bien tolerado incluso por las pieles más sensibles, y sobre todo es utilizable también bajo la luz del sol porque no es fotosensibilizante”.
La cosmética tradicional está llena de ingredientes derivados del petróleo: siliconas, petrolatos, parafina. Son ingredientes perfectos para crear recetas cosméticas, tienen un bajo coste y excelentes rendimientos. Pero, ¿qué impacto tienen en el medio ambiente? Altísimo, como todas las sustancias de origen petroquímico son contaminantes y no biodegradables. ¿Y qué impacto tienen en la salud? Aquí las opiniones se dividen: muchos sostienen que el uso de cosméticos que contienen ingredientes derivados del petróleo son seguros para la salud. “Nosotros solo queremos recordar que la piel es un órgano, el más extenso de nuestro cuerpo, y todo lo que aplicamos sobre ella se absorbe en nuestro organismo de algún modo. Nosotros preferimos utilizar materias primas de origen diferente, más naturales y con menor impacto ambiental”.
La cosmética tradicional también está llena de ingredientes de origen animal: cera de abeja, leche de burra, lanolina, por citar los más inofensivos, hasta llegar a la grasa animal. El ejemplo más famoso es el ácido hialurónico, que también puede ser de origen animal; “el nuestro, en cambio, es de origen vegetal. Las sustancias lipídicas de origen animal utilizadas en cosmética son muchas. En cualquier caso, hace tiempo que hemos optado por crear cosméticos veganos, buscando de este modo impactar lo menos posible en el medio ambiente y en la explotación de los seres vivos. Y el uso de cosméticos hechos con ingredientes y fórmulas respetuosas lleva al consumidor a ver a simple vista y de inmediato una piel y cabello más saludables”.
¿Cuáles pueden ser los próximos pasos a seguir para hacer que los consumidores sean cada vez más éticos y sostenibles?
El propósito de La Saponaria es “Juntos para marcar la diferencia, una ducha a la vez“: “lo que creemos firmemente es que los pequeños gestos diarios tienen un impacto enorme en el planeta”.
Tomemos como ejemplo los cepillos de dientes: un cepillo de plástico normal tarda hasta 1.000 años en descomponerse y cada año se producen 3.400 millones de cepillos en todo el mundo. Buscar una alternativa al cepillo de dientes de plástico desechable debe convertirse en una prioridad para todos. Hay muchos cepillos alternativos disponibles, pero la realidad es que el cepillo de plástico sigue siendo el más cómodo para muchos.
“Por eso proponemos cepillos de dientes de acetato de celulosa, un material derivado de la pulpa de madera y de la fibra de algodón, totalmente natural, 100% biodegradable, sostenible y que permite tener la misma comodidad que un cepillo de plástico: no se pudre, es ergonómico, es insípido. El mango de este cepillo, si se desecha accidentalmente en el medio ambiente, tiene una duración de 4 años (frente a los 1000 que tarda un cepillo de plástico), pero lo más interesante es que nunca tendremos que preocuparnos por desechar o reciclar el mango. ¡Con las cabezas intercambiables, le garantizamos una vida prácticamente eterna, reduciendo así el impacto en el medio ambiente en un 92% con cada cambio de cepillo!”
Lo que se nos pide como consumidores es precisamente cuestionar los impactos que nuestras pequeñas elecciones diarias tienen, siendo conscientes de que la perfección no existe, pero que podemos estar en el camino de “dejar el mundo mejor de cómo lo encontramos“.
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